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“Parece que todas las cosas grandes, para inscribirse

en el corazón de la humanidad con sus exigencias eternas,

tienen que vagar antes sobre la tierra revestidas cual monstruosas

y tremebundas figuras grotescas””

Friedrich Nietszche

Canciones a recomendar ( música para momentos de ocio)

  • thrashing the old blind school- strike master
  • morbid saint- assassin
  • Moonlight sonata- 1er mov.- Beethoven
Les doy una cordial bienvenida y les pido que busquen en "Escritos archivados" los textos que he venido colocando.

Escritos archivados

martes, 16 de noviembre de 2010

Espectros de la Vermis. Recopilación de poemas acerca de una idea: la vermis, la esquizofrenia pura, y dramática, ansiosa y lleno de frustración

AETERNUSPRAECIPITIUM

Leed y comentad, es una idea que trabaje mucho, me gustarían opiniones críticas, es difícil, pero es un escalón de orgullo para un escritor reflexivo y ligado a su trabajo, a su función....


El reptar de la vermis


Te di aviso de la negrura de la razón,

Engendrando los versos de la residencia.

Guiñando en grado el ojo a la niebla.


Arañando las paredes de la relación que abisma

Que ciñe gutural los lamentos de la vermis,

Arrastrándose ligera en la insípida amargura.


El descontento que tañe a la verdad,

Desconocimiento de la sincronía mineral,

Profundas alamedas donde pasan los tiempos.


Y allí es donde doy vuelta a la mirada,

Perdiendo en mí la ilusión de seguir siendo,

Minando donde el organismo subyace en sí…


La helada agua donde ahogue mi angustia,

Retorna en la locura de la vida,

Descontento menester contra el ser mismo.


Dirigiendo la plegaria en el manantial en flujo,

Triste corazonada que no se materializa,

Y que en coartada, abandona sus pilares,


Abriéndose paso en la jungla monstruosa

Plagada de insectos y sanguijuelas,

Tragando a dolores nuestros productos.


Aves desplumadas que queman los errores

En las alturas cerca de la última mirada,

Donde diremos adiós mientras no lloramos más



Alejando la vista por encima de nuestras cabezas


Dejando atrás el caparazón pastoso

Inmundo y que lento se arrastraba morbosamente

Trepidando en su periferia, embarrando de desperdicio


La consecuencia de su última morada,

Elevándose entre la decadencia y su excremento

Mientras solidariza su tendencia antipática


Al vuelo libre de la mariposa que sonríe,

Imaginando la pulcrosidad de su contexto,

Mientras sola se entierra hasta el cuello


En lo compreso del sitio de los idiotas.

De donde se escapan sustancias,

Que consideraremos como circunstancias.


Triste mundo ahogado en su reptar,

Místico planisferio lleno de baches,

Donde el último paraje lejano,


Es la tristeza donde supraexiste

el grito silente del suelo sonriente,

que clarifica el grito críptico de la vermis,


dulce y mística vermis, apoyando su hombro

en su solitaria existencia de arenas,

de visión: oscura y decadente: pero siempre verdadera




Cleptómano

Para Mely


Con los ojos de un ángel que llora,

Sufriste mientras me alejaba a distancia.

Minando en tu propia lástima,

Qué repulsión me generaste.


Alicaídos son tus pasos

Mientras jadeas con un nudo en la garganta,

Al eco de mis sombras,

Reptando cerca de tu cuello aroma tuyo perfumado,


Con olor a traición.

Acerco mis labios a los tuyos

Mientras sacrifico la última de mis sonrisas,

Viéndote callar y temblar,

Al sonar ligero de mi corazón excitado.

Tus ojos se humedecen

Mientras mis manos falsas te acariciaron.

Mis palabras retumbaron paredes

Dentro de la construcción fantasiosa

De un murmullo que se disuelve

Junto con mi presencia

En la privacidad de mi conciencia.


Y llena de oscilaciones,

Asida a lo sepulcral de mis promesas,

Sacrificas las últimas luces de gloria

Por ver una nueva lluvia hueca

A mi lado mientras yo envejezco

Y tú desvaneces el sudor de tu juventud,

Que aún se encuentra en tus lagrimosos ojos.


No llores más que te necesito,

¡Dónde he de encontrar un asilo tan melancólico

Como el cruce de tus sentimientos!

Siempre violentando ligeros mi cuerpo

De la forma en que tú solamente sabes.


Ahogando en quimeras mi dogma,

Mientras arranco de tu aliento

El soplo con el que desesperada me amas,

Mientras yo lamento

El hecho del saber que yo también te amo.



El tren pasajero


Estremeciéndose la fría irrealidad,

Suspira en silencio a solas.

Los sonidos de fuera omnisciosos

Transgreden mi fino oído.

Royendo al tacto mi víscera realidad.


Golpeándome de pecho contra la fantasía,

Las entrañas en su cabeza transformándome.


La causa de un tedioso caminar estático

¡Regurgita!


Desde el intestino de mi alteridad

Líquidas letras que se escuchan solitarias,

Mientras lágrimas obtusas

Menean las ondas que percibo cuando callo.


Hoyos dialécticos que emergen miméticos

En la grandiosidad de la vivencialidad:

Mecanismo de mi neutralidad inmanente



Sueño entre las hojas

Suspiran los vientos asolados desde el norte,

Amansando en silencio el oleaje de mi océano

Buscando besarme los nervios, cayendo inerte

Cuando el día y la nube dudan del milagro de la herida.


Y en el yerto horizonte que se abraza a mis sueños,

Que palidecen mientras obligan la pestaña abrir,

Quemando el disfraz que nos oculta cuando miramos,

Jugando con el miedo dentro de un triángulo de voluntad:


Buscarse, encontrarse, reinventarse.


…Se disipan en la distancia cercana a la lejanía

Los vivos sueños del lamento: sueño muerto.




Lagrimas de antaño


Debajo de los ojos ausentes de su mirada,

Abriendo las puertas a discreción de la visita.

Engendrando hediondas suertes de llamada,

Ocasos y crepúsculos donde se fabrican nostalgias.


Haciendo el aseo personal viendo la noche,

Mientras me oscurezco postrado.

Inerte el movimiento de mis almas,

Mis espíritus llenos de sucesos:

existo sin tu flujo.


Recordando lágrimas de antaño

Tracé las paredes que me aprisionaron.

Esas que incesantes te renombraron


Lagrimas de antaño, jugando a ser nuevas

Olvidando la daga en pecho

Olvidando el verdugo de mis ojos.


¡Suenan los nombres a tu sólida majestuosidad!

¡Qué miedo me da pensarte!

¡Qué miedo siquiera mencionarte!

¡No hay más pena que me sonría equívoca!


No lagrimes de antaño,

que fría en la mente ya te hayas




Lamento en otoño


Agazapado en el claustro de las sombras,

Encadenando mi pensamiento a la memoria,


Vivo en la última de mis palabras,

Existo por que la eternidad me ha nombrado.

Mis místicas presencias me suturan


Escribo el nexo de mi cadencia

Bailando al compas del latir del mundo.

Un mundo delator lleno de nombres.



La muerte de un enemigo


En los nombres encuentro paz que ciega.

Vomitando sin dirección en los anaqueles de mi vida

Mientras cobijo el florecer de mis espectros,

Correteando tras el meridiano último, invernal,

Del último ciclo de mi antigua vida.

Oblicuas muestras de supervivencia,

En la tumba de mi antiguo yo que descontinúa.





Serrando los engranes


El alcohol recorre las paredes de esta habitación.

Un leve tenue de mi agónica poquedad,

cual se envina en la estancia,

en mi morada cálida y solitaria,

donde suda sobre la memoria

un adorable recuerdo de antaño

menesteroso.


Mi almohada muestra insípida los hígados de mi mente.

Calurosas sombras invaden y flotan en soledad,

Mientras mis brazos se abren a un nuevo saludo

llenando el pulcro de noch

es con ansias.


He olvidado a destiempos,

El claro-oscuro de la reticencia obligada,

Y recordé impaciente la tragedia por la que le ato

¿Y qué parte en la vida no me fue tragedia?


Y en mi tragedia versifico la razón del deseo

y asesino su maldita tradición

creando cultos nuevos a su críptica figura,

hembra llena de sequedad y enferma de desenfreno


Ahora lucero tenue que desenvaina

su enorme guadaña en mi espalda.

Ahogándome en silencio entre sus manos

he logrado mirar dentro de mis ojos

descubriendo las vendas que cegaban mi arbitrio.


Nuevamente soy libre para el error,

y corro a retenerme entre sus brazos

sin miedo y con estupidez, serrando los engranes

que me hacen moverme junto a ella.

Mi libertad controlada.



La cárcel más tentadora en mi vida.





En sus sombras


En sus sombras cobijar el miedo a la oquedad

En sus sombras sentarme solitario

Amando al espectro que me obliga a hacerlo,

Espectro que merecía hacia tiempo atrás merecer.







La vermis


Pulcra de pensamiento cual posee,

Inmensos los fangos donde trepida,

Ensamblando sombras que le recuerdan,

La existencia mientras suspira

Mientras maleable se adapta a su castigo.


Roída de su rostro, miserable se encuentra.

Murmurando entre las esquinas sinuosas.

Pordiosera su idea que en silencio conspira,

Engañando el pasar fútil de los días.

Mientras maleable se adapta a su castigo.


Con la vergüenza en sus criptas,

Aúlla descansando su cuello a la elipsis.

Mientras la oscuridad le repugna

Por la necesidad de estar inmerso en ella


Y silencia su voz temerosa de su ineptitud.

En un día deslucido donde nunca berrea.

Posee los nombres del augurio,

Aclamando en los cielos el paso.

Mientras maleable se adapta a su castigo


Trayecta donde nunca arrima el desconcierto,

La ingenua verdad que se carga en acrobacia.


Mientras maleable se adapta a su castigo


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